lunes, 9 de enero de 2023

EL POR QUÉ DE ESTA PÁGINA. Reseña biográfica de Isabel Kindelmann

 

Toma esta Llama, es la Llama de Amor de Mi Corazón. 
¡Enciende con ella el tuyo y pásala a otros!. 
Con esta Llama llena de Gracia que de Mi Corazón 
les doy a ustedes, enciendan todos los corazones 
en todo el país, pasándola de corazón a corazón. 
Éste será el milagro que convirtiéndose en un incendio, 
con su fulgor cegará a Satanás. Éste es el Fuego de Amor 
que alcancé del Padre Celestial por los Méritos 
de las Llagas de Mi Hijo Santísimo...


Nuestra Santa Madre a Isabel Kindelmann, el 13 de Abril de 1962



               En los tiempos difíciles que vivimos, Nuestro Señor Jesucristo y Su Santa Madre, a través de diferentes llamados celestiales, están ofreciendo gracias extraordinarias a las almas que permanezcan unidas a Ellos. Uno de esos continuos ofrecimientos es "La Llama del Amor del Inmaculado Corazón de María", prueba del amor inmenso y eterno que María Nuestra Señora tiene por todos Sus hijos. 

               Es nuestra intención dar a conocer la profunda y aquilatada espiritualidad que nace de las páginas del "Diario Espiritual" de la mística húngara Isabel Kindelmann; sencilla mujer que apenas cursó los estudios básicos, que vivió largos períodos de pobreza y que enviudó después de 16 años de matrimonio, al cuidado de 6 hijos que tuvo que alimentar a base de trabajo duro y mal pagado.

               En el "Diario Espiritual" de Isabel Kindelmann podremos leer como Jesús y María enseñan a Isabel -y a través de ella al resto de los Fieles- el divino arte del sufrimiento para la salvación de las almas; le asignan además tareas espirituales para cada día de la semana, que incluyen oración, ayuno y vigilias nocturnas. Isabel recibe también hermosas Promesas, adornadas con gracias especiales para los Sacerdotes y las Almas del Purgatorio. 

               Mediante la lectura tranquila, buscando siempre la Presencia de Dios, podrás entender que el "Diario Espiritual de la Llama de Amor" y la misma vida de Isabel Kindelmann son una escuela segura y práctica de Vida Cristiana.




RESEÑA BIOGRÁFICA DE ISABEL KINDELMANN

 

               Isabel Szántó de Kindelmann, nació en el Hospital San Esteban, en Kispest, al sur-sureste de la ciudad histórica de Pest, en Hungría, el 6 de Junio de 1913. En los escritos póstumos de su Director Espiritual, fallecido en 1976, entresacamos algunos rasgos de la personalidad y vida de esta mística. 

               Sus padres fueron Joseph Szántó (1871-1917) y Ersébet Mészáros (1878-1924). Su padre era protestante, su madre Católica; todos los hijos fueron bautizados y educados en la Fe Católica. Isabel tuvo doce hermanos, seis pares de gemelos. Solo ella, que era la décimo tercera de los hijos, no tenía gemelo. De todos, fue la única que arribó a la edad adulta. Siete de sus hermanos y fueron víctimas de la pandemia de gripe en 1919, la misma que afectara a los Videntes de Fátima.

               Apenas pudo cursar los estudios más elementales, hasta cuarto de primaria. Había perdido ya a su padre cuando con apenas 12 años, quedó huérfana y al borde del hambre, lo que obligó a Isabel a trabajar duro para poder sobrevivir... como ella misma escribiría recordando aquellos años, "trabajé como empleada doméstica en el campo para la madre de un hombre de gran influencia. Tuve que trabajar desde la mañana hasta la noche teniendo que sobrevivir con una sola comida durante todo el día. Mi condición social era ciertamente lamentable, padeciendo de hambre severa".

               Por su sincera piedad, intentó ingresar como religiosa hasta en dos ocasiones... siempre fue rechazada. Un momento decisivo en su vida llegó en Agosto de 1929, cuando participaba en el coro parroquial, donde conoció a su futuro marido, Carlos Kindelmann, maestro deshollinador. Se casaron el 25 de Mayo de 1930, cuando ella tenía dieciséis años y él treinta.



Manuscrito original del "Diario Espiritual" de Isabel Kindelmann


               Durante muchos años, Elizabeth luchó por cuidarse a sí misma y a su familia. En 1948, la nacionalización comunista de Hungría era una maestra severa, y fue despedida de su primer trabajo por tener una estatua de la Santísima Madre en su hogar. Siempre trabajadora diligente, Elizabeth nunca tuvo buena fortuna en su larga serie de trabajos de corta duración, mientras luchaba por alimentar a su familia. Finalmente, todos sus hijos se casaron y, con el tiempo, se mudaron con ella y se llevaron a sus hijos.

               La vida de oración y sacrificio de Isabel, su anhelo de entrega absoluta a Dios la llevó a consagrarse en la Orden Tercera Carmelita, con el beneplácito de los Carmelitas Descalzos, que por entonces la dirigían espiritualmente; veía en el Espíritu del Carmelo la mejor vía para santificarse en medio de sus labores de madre y abuela.

               Isabel profesaba una sincera y profunda devoción a la Santa Faz de Nuestro Señor. A pesar de su fervor, en 1958, con cuarenta y cinco años, entró en un período de tres años de oscuridad espiritual.  En ese mismo tiempo comenzó a tener conversaciones íntimas con el Señor, mediante locuciones internas; se sucederían también las locuciones con la Virgen María y con su Ángel Custodio. El 13 de Julio de 1960, cuando Hungría estaba subyugada por el Comunismo, el Divino Espíritu Santo tocó el corazón de Isabel Kindelmann que, por obediencia a su Director, comenzó la redacción de un Diario en el que  escribiría los pormenores de aquellas primeras confidencias celestiales:

               Antes de recibir Mensajes de Jesús y la Virgen María, recibí la siguiente inspiración: Debes ser desinteresada, ya que te confiaremos una gran misión y estarás preparado para la tarea. Sin embargo, esto solo es posible si permaneces totalmente desinteresado, renunciando a ti misma... 

                El 11 de Abril de 1985, cuando Isabel contaba 72 años, moría a causa de una larga enfermedad soportada con paciencia y reconfortada por los Santos Sacramentos. Fue sepultada en Erd/Ofalu, al sudoeste de Budapest, cerca del río Danubio. En el 2001, los restos de Isabel Kindelmann fueron trasladados a la cripta familiar de la Iglesia del Espíritu Santo.



Edición en español del "Diario Espiritual"


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