martes, 25 de julio de 2023

YO VOY A BUSCAR CORAZONES



               Hoy es día de ayuno por las Ánimas Sacerdotales. Como el Salvador me lo había pedido, ayunando a pan y agua puedo liberar un Alma Sacerdotal del Purgatorio. El ayuno me debilita un tanto ya que hago también mis tareas de casa del modo acostumbrado y ayudo a mis hijos. 

               Hacia el atardecer una vez terminado mi trabajo, fui a donde el Señor Jesús. El recogimiento en Él quedó inesperadamente perturbado por una molestia que sentí. Tuve que despedirme del Señor Jesús. En el camino hacia la casa, me dijo: 

               "Te espero en casa; cuando llegues ya estaré ahí en nuestra pequeña habitación".

               Me emocioné mucho y en Su Presencia consumí mi modesta cena que no era más que pan. El Señor Jesús estaba ahí conmigo, no le vi pero la sensación de Su Presencia me lo aseguraba. A causa de mi gran cansancio, no podía por mucho tiempo quedar levantada para adorarlo de rodillas. 

               El Señor Jesús con infinita bondad y delicadeza dijo "¡Descansa ya! Yo seguiré todavía contigo unos momentos más. Que sientas Mi bendita Presencia y la pena de Mi Corazón que comparto contigo. ¡Que nuestros corazones latan al unísono!".

               Mis lágrimas comenzaron a brotar lo que aumentó mucho el arrepentimiento de mis pecados. ¿Quién no lloraría en vista de tanta bondad y delicadeza? En devoto silencio, Él estaba de pie junto a mí y luego se despidió. "¡Qué descanses en Paz! Yo, ¡voy a buscar corazones!". 

               Al sentir cómo se alejaba Su Santa Presencia, le llamé sollozando: ¿A dónde vas, mi adorado Jesús? Él, con Voz acongojada respondió "Voy, simplemente. Primero visito a las almas a Mí consagradas, les ofrezco una y otra vez Mis Gracias". 


Diario Espiritual de Isabel Kindelmann, 28 de Septiembre de 1962