viernes, 21 de abril de 2023

TE HE LLAMADO PARA ADMITIRTE EN MI ESCUELA

 



               El Señor me pidió que las Horas Santas no las uniera con Sus criaturas.

               N.S. Jesucristo.- "¡No te busques a ti misma! Ya he repetido muchas veces que Yo te quiero enteramente para Mí! ¡Renuncia a ti misma! ¡Nada se interpondrá entre tú y Yo!" .

               Le contesté: "Mi Señor Jesús, no soy más que una principiante".

               N.S. Jesucristo.- "Por eso no debes desanimarte, hija Mía, una vez tenías que comenzar. Recuerda cómo, cuando eras joven, tu constante afán era estudiar, pero nunca tuviste oportunidad de hacerlo. Fui Yo quien no lo permití y puse en tu camino todos los obstáculos. Yo te preferí así, totalmente ignorante porque ya entonces tenía Mis planes respecto a ti; quería hacerte madurar para Mí."

               Señor, ¡cuántas veces has dirigido a mí los rayos vivificadores de Tus gracias! Yo Te he esquivado, he andado por otros caminos. 

               N.S. Jesucristo.- "¿Te acuerdas, no es cierto, como hace tan sólo unos meses querías matricularte en la escuela popular superior? Pero Yo Me opuse también a eso. Te he llamado para admitirte en Mi Escuela. Ahora alégrate mucho y sé una alumna aprovechada. El Maestro Soy Yo. Aprende de Mí. Yo no escatimo ninguna fatiga; Me dedicaré a ti desde la mañana hasta la noche".

               Sí, mi Señor -le contesté- lo malo es que yo tengo muy poco sentido de Ti. 

               N.S. Jesucristo.- "Es cierto, hija Mía". Entonces me mostró una multitud de ocasiones en las que yo le había ofendido. Por ejemplo, cuando estuve en un lugar donde había una Capilla, me despedía de todo el mundo menos de Él. Luego cuando hago la genuflexión, debo pensar también en Él con mucho amor... 

               N.S. Jesucristo.- "Porque si no haces estas cosas... ¡Me duele tanto!" 

               Me dolí mucho de estas faltas y mis ojos se llenaron de lágrimas de arrepentimiento. 

               N.S. Jesucristo.- "Te repito de nuevo, hijita Mía, necesitas cambiar para que seas como Yo te quiero. Te ayudo para que sigas el recto camino, pero tienes que asimilar bien Mi enseñanza y tienes que cumplir con todas tus fuerzas las tareas que te asigno. ¡Acude a Mi Madre, Ella te ayudará!" 

               Yo la quiero mucho, Señor. Fue Ella quien me invitó a adorar y reparar a Su Hijo Santísimo. Oh, ¡cómo me confundí en mi alma cuando oí Su Voz! Oh, ¡qué profundo arrepentimiento despertó en mí Su Voz ahogada en llanto! 

               N.S. Jesucristo.- "Sí, hijita Mía, aquél fue el primer encuentro, el gran paso, cuando Mi Madre te encomendó a Mí de un modo especial. Desde entonces, hijita Mía, vuelas como una flecha hacia Mí. En tu vuelo no regreses a mirar la Tierra, no sea que el ruido del mundo te perturbe".


Diario Espiritual de Isabel Kindelmann, 8 de Abril de 1962




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.