viernes, 20 de enero de 2023

Prácticas espirituales y promesas para cada día de la semana. Viernes.

 


               VIERNES: Día de Mi Pasión. ¡Con todo el amor de tu corazón, sumérgete en Mi Dolorosa Pasión! Por la  mañana, al despertarte, recuerda lo que después de los terribles tormentos nocturnos, Me esperaba todo el día. 

               Mientras estés trabajando, contempla hasta el fin el Vía Crucis en que no tuve ni un momento de descanso. Exhausto hasta el extremo, Me obligaron a subir al Monte Calvario. Tienes mucho que contemplar. Llegué en verdad hasta lo último. Por eso te digo, no puedes caer en exceso al hacer algo por Mí. 

               Desde el mediodía hasta las tres de la tarde adora Mis Santas Llagas. El ayuno ojalá lo guardes hasta la hora en que bajaron Mi Sagrado Cuerpo de la Cruz. Este día, la oración de vigilia, ofrécela por los Sacerdotes. Si aceptas sacrificarte, hija Mía, recibirás todavía mayor abundancia de gracia.


En Abril de 1962 Nuestro Señor reveló a Isabel Kindelmann 
un sencillo "programa espiritual" donde cada día 
debía tener presente unas particulares tareas. 


               ¡Qué arda de deseo tu corazón, hijita Mía, con esto solo ya mitigas el ardiente dolor de Mi Corazón! Si todas las almas consagradas a Mi Corazón anhelaran lo mismo que Yo, crecería el campamento de Mis reparadores. Sabes, cuán grande es su número y si todos ellos, con alma y corazón, por sus oraciones y sacrificios participan en Mi obra redentora, no tendría que quejarme tanto. Ámame todavía más, hijita Mía, y sírveme con mayor entrega aún. ¡No dejes que te domine el poder de la rutina! 

               Que tus sacrificios sean siempre fervorosos y ardientes. Quisiera aumentar en ti, hijita Mía, Mis Gracias, pero para poder hacerlo, necesito hallar más aceptación de sacrificios en ti. Te ruego aceptes Mi petición, sé muy modesta, renuncia a todo gozo, todo placer con el cual no Me sirves a Mí. Renuncia a leer libros de distracción, a escuchar tu música favorita, a buscar estar en sociedad. En tus paseos sólo piensa en Mi Sagrada Pasión. 

               Quisiera que aumentaras todavía más tus ayunos, si tú también lo aceptas. No te entregues a ningún placer, que tu desayuno y tu merienda sean modestamente pan y agua. Solamente en las comidas principales puedes comer otras cosas, pero te ruego que trates de hacerlas insípidas. No las comas por su buen sabor, sino únicamente para alimentar tu cuerpo. El cuerpo en todo caso exigirá lo suyo. Tienes que renunciar más todavía a tu reposo nocturno.

              Te pido una vigilia de dos horas, de tal manera que tengas que levantarte dos veces cada noche por una hora. Mi hijita querida, ¿puedo contar contigo? Te lo pido Yo, el Dios-Hombre. (Nuestro Señor a Isabel Kindelmann en Mayo de 1962)



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